Hermanos en Cristo, queremos compartir una reflexión acerca de la confesión, en especial cuando se inicia la cuaresma, reflexión realizada por Pedro Sergio Antonio Donoso Brant y obtenido de la pagina Web www.caminando-con-jesus.org
Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y cambiar, para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo, por tanto, no debemos dejar pasar la oportunidad para recibir EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA RECONCILIACIÓN.
Este sencillo trabajo, tiene por fin ser una pequeña ayuda para prepararnos para la confesión a través del examen de conciencia.
REFLEXIONEMOS LA PALABRA DE DIOS (1)
En la tarde de Pascua, el Señor Jesús se mostró a sus apóstoles y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23).
"Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados dice entonces al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». El se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres." — Mateo 9, 6-7
LA MISERICORDIA DE DIOS, LLEGA A SER CASI INCOMPRENSIBLE
La Misericordia de Dios, llega a ser casi incomprensible, ¿Por qué?, porque pecamos una y otra vez, nos arrepentimos y luego volvemos a cometer las mismas faltas, provocamos el enojo de Dios y sin embargo el no deja de ser misericordioso con nosotros. La Misericordia de Dios, es la perfección del Amor, tanto así, que El envió a su propio Hijo engendrado al mundo, permitiendo su muerte en la cruz y de este modo nuestros pecados fuesen perdonados. En Justicia Dios nos condena pero en Misericordia nos salva.
Es bueno preguntarse, ¿tenemos derecho a su Misericordia?, ¿tenemos derecho al perdón?, eso es lo incomprensible, entre más pecamos y mas provocamos el enojo de Dios, más derecho tenemos.
SALMO 102
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen
nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
REFLEXIONEMOS LA PALABRA DE DIOS (2)
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». Lc 15, 1-3
Cristo Jesús quiere que nosotros seamos misericordiosos como El Padre Celestial es Misericordioso. "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia". Mateo 5:7
Dice Jesús: Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse". (Lc 15-7)
San Pablo nos exhorta a lo que el Padre más desea: que nos reconciliemos con él por medio de Cristo y de la Iglesia, para que "seamos criatura nueva" 2 Cor 5,17.
CONFESARSE
Para mucho de nosotros, no es fácil y en otras ocasiones, no nos parece agradable confesarnos, arrodillarnos frente al sacerdote pareciera doblegarnos. Sin embargo, después de la confesión tenemos una gran paz espiritual, esta nos restituye nuestra amistad con Dios, nos aumenta la gracia santificante, nos refuerza la fe, nos aumenta la fuerza para evitar cometer mas falta, nos da vigor para no caer en la tentación y nos compromete a no ofender a Dios.
Sin embargo, después de confesarnos, muchas veces nos sucede que no nos sentimos seguros si hemos hecho una buena confesión, como también nos ocurre que cuando estamos frente al sacerdote nos cohibimos o nos contenemos de decir todas nuestras faltas. Más de alguna vez, pensamos que ciertas cosas no son faltas y no las decimos o nos justificamos. ¿Entonces que hacer? ,
EXAMEN DE CONCIENCIA
Cada cual puede tener un método para prepararse para la confesión, muchos proponen un examen de conciencia previo a confesarse, ¿Cómo hacerlo?, creo que sin angustiarse y sin apesadumbrarse con las faltas, pero con mucha confianza en Dios sabiendo que seremos perdonados.
"Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder" Santiago 5, 16
Examinemos nuestra conciencia en oración ante Dios, escuchando su voz en nuestro corazón, Dios siempre perdona cuando hay arrepentimiento.
Contemplen al que traspasaron" Jn 19:37
Contemplemos a Cristo, su amor manifiesto en su Cruz, el nos ayudara a prepararnos.
Al preparar nuestro Examen de Conciencia, recordemos que tenemos Diez Mandamientos que cumplir y observemos en cuales hemos faltado. También podemos profundizar en los llamados Siete Pecados Capitales, sin olvidar que faltamos muchas veces al no admitir nuestros defectos de carácter y no aprovechamos los dones que Dios nos ha dado para servirle.
A continuación propongo algunas preguntas a responder, quizás falten muchas mas, ya que esto es una mínima ayuda.
DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS
I. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
Amo de verdad a Dios
Siente mi corazón que ama a Dios
Confío siempre en Dios
Le doy a Dios un instante de mi tiempo personal
Me dejo guiar por Dios
Alabo a Dios
Agradezco a Dios
Escucho a Dios
Uso los dones que Dios me ha dado
II. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
Hablo bien de Dios
He mentido tomando a Dios por testigo
Utilizo el nombre de Dios para las cosas frívolas
III. SANTIFICAR EL DÍA DEL SEÑOR
Voy a Misa los Domingo
Rezo con amor durante la Eucaristía
Pido perdón a Dios durante la celebración
Me reconcilio con mis hermanos durante la Misa
Voy a la Misa diaria si puedo o prefiero ir a otro lugar
IV. HONRAR PADRE Y MADRE
Me preocupo por cuidar a mis padres
Atiendo las necesidades de mis padres
Doy tiempo a mis padres
Ayudo económicamente cuando lo necesitan
Soy obediente a mis padres
Miento a mis padres
V. NO MATARÁS
He participado en la muerte de alguien
Promuevo y acepto el aborto
He pensado suicidarme
Conduzco irresponsablemente
Pongo en peligro la vida de los demás
VI. NO COMETER ACTOS IMPUROS
Soy fiel a esposo o esposa
Busco la afectividad fuera del matrimonio
Mantengo relaciones sexuales fuera del matrimonio
Practico la fantasía sexual
Leo o veo pornografía
VII. NO ROBAR
He robado
Le he quitado indebidamente algo a alguien
He engañado para mi beneficio
No he devuelto lo que no es mío
Me aprovecho de mi situación en mi beneficio
VIII. NO LEVANTARÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS
Digo la verdad
Hablo mal de los demás
Revelo secretos que se me ha confiado
Busco que otros opinen mal de mis hermanos
Induzco a pensar erróneamente de alguien
IX. NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS.
Vivo con desorden a las facultades morales del hombre
Permito o promuevo a otros a cometer pecados
X. NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS.
Tengo deseos de avaricia
Deseo cosas que no me pertenecen
Me siento envidioso
Le deseo mal a otros
DE LOS PECADOS CAPITALES
Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana caída está principalmente inclinada. Es por eso muy importante para todo el que desee avanzar en la santidad aprender a detectar estas tendencias en su propio corazón y examinarse sobre estos pecados. Los pecados capitales son enumerados por Santo Tomás como siete: soberbia (orgullo), avaricia, lujuria, ira, gula (glotonería), envidia, acidia (pereza).
1.- SOBERBIA: Consiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios.
Me he rehusado a Obedecer a Dios
Vanagloria, la siento de sí mismo a causa de las ventajas que tengo y me jacto de poseer por sobre los demás
Jactancia, me esmero alabarme a mismo para hacer valer vistosamente mi superioridad y mis buenas obras.
Me elevo por sobre los demás en dignidad exagerando, para ello, el lujo en los vestidos y en los bienes personales.
Soy altanero, trato al prójimo, hablándole con orgullo, con terquedad, con tono despreciativo y mirándolo con aire desdeñoso.
Soy ambicioso, con deseo desordenado de elevarme en honores y dignidades como cargos o título.
Soy hipócrita, hago simulación de la virtud y la honradez con el fin de ocultar los vicios propios o aparentar virtudes que no se tengo.
Soy presumido y confío demasiado de que soy capaz de efectuar mejor que cualquier otro ciertas funciones.
2.- AVARICIA: Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Es uno de los pecados capitales, está prohibido por el noveno y décimo mandamiento.
Tengo apego inmoderado a los bienes con; "esa pasión ardiente de adquirir o conservar lo que tengo a toda costa.
Me resisto a dar al que necesita.
He privado a otros de algún bien.
Le he negado a un hermano algo que me sobra.
He participado de hechos fraudulentos para mi beneficio
Soy tacaño
3.- LUJURIA: El deseo desordenado por el placer sexual. Los deseos y actos son desordenados cuando no se conforman al propósito divino, el cual es propiciar el amor mutuo de entre los esposos y favorecer la procreación. Es un pecado contra el Sexto Mandamiento.
Practico la fornicación.
He sentido el deseo de estupro
He efectuado algún tipo de rapto
Soy partidario del incesto
He sido adultero
Practico la sodomía
4.- IRA: Uno de los siete Pecados Capitales. El sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente. La ira puede llegar a ser pasional cuando las emociones se excitan fuertemente.
He actuado contrario a la razón.
Actúo sin moderación
Tengo deseos de venganza
Me siento maquiavélico
Me domina la pasión en las discusiones
Me indigno sin razón
Participo de alguna riña
5.- GULA: La gula es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida.
He respetado el ayuno
Practico el hurto para comer solo por placer.
Mi deleite en el comer se reduce a un fin único y preponderante en la vida.
No soy capaz de guardar abstinencia en los días de precepto
Me provoco voluntariamente el vómito para continuar el deleite de la comida.
6.- ENVIDIA: Rencor o tristeza por la buena fortuna de alguien, junto con el deseo desordenado de poseerla. Es uno de los siete pecados capitales. Se opone al décimo mandamiento.
Me entristece que otros tengan bienes materiales
Me aflige si otro tiene un puesto que yo deseo
Siento insatisfacción por los bienes que pose otro.
Me angustia que otros sean felices
Le deseo mal a alguien
7.- ACIDIA (PEREZA): Falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedia, ociosidad.
Deliberadamente me entristece sentirme obligado cooperar con mis hermanos.
Descuido mi salud, me pereza ir al medico
Soy inconsistente en el bien
Desisto rápidamente de mis obligaciones.
No ejecuto lo que se me ha encomendado
No me atrevo a ayudar y me abandono en la inacción
Me siento ocioso
Soy cómodo y no me agrada el sacrificio de levantarme temprano
Me fugo del trabajo
REFLEXION FINAL
Todos estamos muy necesitados de la paz interior, reconocer nuestras faltas, es un paso para lograrlo, la culpa se elimina reconociéndola.
La confesión nos invita a hacer un examen profundo de nuestra conciencia, descubrir lo que llevamos adentro, por tanto nos ayuda a conocernos mas,
Pero hay algo de gran importancia, necesitamos saber si estamos en condiciones de ser perdonados, y necesitamos saber que hemos sido perdonados.
No olvidemos que una cosa es pedir perdón y otra distinta ser perdonado.
Del Catecismo Católico, 1422 "Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra El y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones" (LG 11).
Necesitamos una confirmación exterior, sensible, de que Dios ha aceptado nuestro arrepentimiento. Esto sucede en la confesión: cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento recibe la eficacia de Cristo.
Que el Señor les Bendiga
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