EN el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
ORACIÓN
Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se hable,
siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos;
que nadie esté solo, ni en la indeferencia o el aburrimiento;
que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados,
que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido.
Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo,
pero no más importante que la alegría;
que la comida sea el momento de alegría y de conversación;
que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo;
que la riqueza mayor sea estar juntos.
Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención;
que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos;
que el mañana no nos de miedo, porque Dios Siempre está cerca;
que cada gesto esté lleno de significado;
que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da.
Señor, que nuestra casa sea el lugar de acogida,
como la casa de Marta, María y Lázaro en Betania.
Amén
Pongamos más diversión a nuestro matrimonio
“Las parejas que saben cómo jugar y divertirse juntos desarrollan un lazo que les puede ayudar a sobrellevar los momentos más difíciles”.
El Rey Salomón, el hombre más sabio, conocía el valor de la diversión. En Eclesiastés, él aconsejó: “Disfruten la vida con su esposa…” Similarmente, las parejas de hoy en día debemos tomarnos tiempo para gozarnos y reencantarnos uno del otro.
Aquí algunas sugerencias para mezclar más diversión en nuestra relación:
Tomemos un tiempo para divertirnos
Con horarios agitados que tienen las familias de hoy, debemos recordar organizar un tiempo para divertirnos. Declaremos una noche a la semana como “noche de citas” o tomemos tiempo en un fin de semana para relajarnos con nuestro cónyuge. Marquémoslo en el calendario, protejamos ese espacio. Si esperamos a que sea un momento especial o conveniente, tal vez tengamos que esperar mucho tiempo.
Utilicemos variedad para sazonar las cosas
“Cuando la gente envejece y han estado casados por mucho tiempo, se vuelven aburridos. No es por gusto, pero no han buscado de manera intencional algo qué hacer para divertirse”. Para evitar el aburrimiento en nuestra relación, intentemos algo nuevo en pareja. Probar algo nuevo puede ser una aventura que nos unirá más como pareja. Tal vez descubramos una actividad divertida que nunca pensamos que nos gustaría.
Pasemos tiempo con otras parejas
Si encontramos otra pareja con quien ambos podamos congeniar, podemos salir juntos. Al hacer esto, apoyamos y motivamos el matrimonio. Uno de los mejores lugares para encontrar parejas con quien compartir es en nuestra propia iglesia. Puede ser incómodo ser los primeros en iniciar la relación, pero no tiene que ser difícil. Invitemos a la pareja que nos acompañe una noche para cenar o ver una película.
Incluyamos a los niños (a veces)
Divertirse puede ser también algo en familia. Muchas parejas creen que solo porque tienen niños, no pueden salir y disfrutar como cuando se casaron. Lleve a los niños al parque o a un día de campo. Podemos organizar una noche de juegos o ver una película. “Usamos a los hijos como excusa muchas veces, pero si somos creativos hay mucho que se puede hacer”.
Hagamos juntos los quehaceres
Incluso, las tareas domésticas o del jardín pueden ser más divertidas si las hacemos en pareja. Ya sea preparar la cena o lavar platos, trabajar con nuestro cónyuge hace que los quehaceres sean menos tediosos. “Pueden conversar al trabajar y divertirse. La tarea se termina más rápidamente y no es tan aburrido”. Trabajar juntos también ayuda a que la pareja resista el resentimiento que a veces ocurre si uno siente que hace más trabajo doméstico que el otro.
La diversión no tiene que ser costosa
Muchas parejas piensan que no pueden financiar la diversión, pero no hay que gastar mucho dinero para pasar juntos un buen rato. Cualquier cosa puede ser divertida. Una de las cosas más sencillas es alquilar una película, hacer palomitas en casa y acurrucarse juntos en el sofá.
Entonces podemos REENCANTAR cada semana
"Una vez invitas tú ... otra vez invito yo ..."
Mantener "joven" el amor de pareja (pololos eternos) es el secreto de todo matrimonio feliz.
Reencantar nuestra vida matrimonial es una necesidad vital, para que no nos absorba el ritmo vertiginoso del tiempo actual.
Mirar nuestras actividades diarias con novedad y entusiasmo renovado. Descubrir en ellas un nuevo medio para dar alegría y esperanza.
Dejarnos tiempo una vez a la semana para hacer "lo que a ti te guste" (como era antes cuando estábamos de novios).
Determinar día y hora reservados para encontrarnos solo los dos.
Cada matrimonio debe descubrir qué es lo que más los ayuda a reencantar el amor: una caminata en la tarde; una salida a comer o bailar; compartir una lectura que nos llegó hondo; hacer deportes juntos - bicicleta, tenis ...; ir al cine o exposición de arte; una conversación en ambiente cálido; reir, cantar, tener sentido del humor y saber gozar juntos; hogar acogedor, alegre y luminoso que invite a estar ahí.
Hagámonos una invitación, una invitación de corazón. Invita a tu cónyuge pensando en tu cónyuge, en lo que a ella o a él le gustaría, invítalo a ser feliz.
¡Qué empiece la diversión! Cualquiera que sea la actividad que se escoja, recordemos que el objetivo principal es divertirnos. Resistamos la tentación de llenar el tiempo con conversaciones de trabajo, facturas o pendientes. Utilicemos el momento para gozar con nuestro cónyuge.
Recordemos que este tiempo es tan importante como cualquier otra cosa que hagamos para nuestra familia. Empecemos hoy y juguemos para tener un matrimonio más sano y feliz.
Palabras que reconfortan
Si para recobrar lo recobrado,
tuve que haber perdido lo perdido. Si para conseguir lo conseguido,
tuve que soportar lo soportado.
Si para estar ahora enamorado,
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprendido
que no se goza bien de lo gozado,
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprobado
que lo que tiene el árbol de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez (1900 -1978)
También tomemos un tiempo para REZAR cada día
"Los esposos que rezan unidos, permanecen unidos"
Por el sacramento del matrimonio, la familia es una "pequeña Iglesia"; por ello rezar como esposos en el hogar es una tarea a realizar cada día, para:
estar con Dios
entregarle el día
invitarlo a caminar con nosotros
aceptar Su voluntad
recibir Su bendición
pedir por los demás.
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